martes, 16 de marzo de 2010

biografia

Dicen que lo primero que hace una persona al mirarse en un espejo es fijarse en sus defectos. Desafortunadamente, no soy la excepción. Primero, en esas pecas que tanto me hicieron llorar de niña y me recuerdan lo sensible, chillona y sufrida que he sido durante mis 20 años, luego, miro arriba de mis cejas el rastro de la varicela, que por alguna razón en mi familia nos dio a los malgeniados, perfeccionistas, zurdos, tercos y descaradamente habladores. Aún así, la vanidad me anima a ver que nadie ama la vida tanto como yo y que no toda mujer que se mira en el espejo se llama Jahel.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo amiga... esta muy chevere tu blog.

    ResponderEliminar
  2. Me fijo en mis ojos.Perfeccionista, zurdo y obstinado: descaradamente pirata, linda lindísima. Sé de siete tontos que querrían ser tu espejo; andan diciendo por ahí que incluso ninguna otra Jahel tiene tu nombre.

    ResponderEliminar