martes, 21 de septiembre de 2010

UN ZAPATERO DE "TALLA"

Jaime es un hombre que se ha dedicado toda la vida a seguir su vocación: hacer zapatos fuera de lo común. Hoy trabaja en el barrio Restrepo de Bogotá con retazos y materiales reciclados para hacer de sus diseños toda una obra de arte.

Solo en Colombia hay un zapatero que tiene su taller de trabajo dentro de un Renault 4 con forma de bota pantanera. Su obra móvil es conocida en las calles del barrio el Restrepo, en Bogotá. Jaime Humberto García, cuelga en el espejo retrovisor una colección de sandalias miniatura que una muñeca de talla 6 podría usar.

Lo que en principio fue la guantera del carro es ahora un tablón que funciona de mesa para hacer los cortes. Incluso en el techo hay espacio para un televisor, unas cuantas reglas, cintas y cueros de color rojo, verde, azul y blanco que en cuestión de días se convertirán en uno de los modelos únicos de ese maestro remendón.

Jaime se hace llamar el Zapatero "Zoñador" pues sabe que lo único que no tiene precio en la vida es la posibilidad de soñar y de hacer lo que se quiere con el corazón, y eso lo tuvo claro desde pequeño cuando decidió dejar sus estudios hasta quinto de primaria, después de ver cómo en un lugar cerca a su colegio un joven arreglaba los zapatos mientras escuchaba a Kalimán (el superhéroe de la radio). Allí empezó a embolar y, con el tiempo, prometió convertirse en el mejor zapatero del mundo.

Hoy, con 53 años y 40 de experiencia, Jaime sigue firme en sus convicciones. Él se considera todo un personaje, pues más allá de hacer, zapatos hace arte. Su sello personal es lo original, lo inusual, lo raro. Parece que su mente ve en cualquier zapato todo un mundo de posibilidades.

Algunas de sus creaciones toman forma de sanitario, de mesa de billar, pájaros, carros, corbatines, hace cascos y hasta collares con diseño de calzado. Es tanta su pasión que para hacer una de sus obras se dejó crecer el pelo durante siete años. “El día que me muera, quiero que cojan mi pellejo y me hagan un zapato. Así podré morir completamente feliz”.

Mientras habla, sus ojos se pierden constantemente entre los recuerdos y algunas cajas llenas de zapatos de todos los tamaños. Cuenta que alguna vez llegó a tener una taller tan grande que logró contratar a 85 personas.

Pero su ilusión se esfumó al igual que su matrimonio, luego de caer en la quiebra. Jaime, decidió entonces regresar a su tierra natal (Quetame, Cundinamarca) para crear el zapato más grande del mundo y entrar en el libro de Guinness Records. Sin embargo, un hombre en Filipinas le ganó por unos cuantos metros.

Como una de sus obsesiones es el tamaño de los zapatos, fabricó uno de 6 metros talla 800 durante 35 días, un zapato que podría servirle a un hombre de 20 metros de altura. Así logró ganar tres récords mundiales.

El zapatero volvió a la ciudad a echar suerte. Pegando uno a uno los retazos coloridos que le quedaban creó unos zapatos tan grandes que ningún amigo se atrevió a comprar, hasta que un hombre le dio la idea de venderlo a un payaso.  Éste le pagó 30 mil. Así, en menos de lo esperado logró tener 150 clientes expertos en el arte de reír.

Con el tiempo su trabajo empezó a ganar reconocimiento en los medios y logró en 1998 el Primer récord Nacional de Gente Corrida televisión.

En el 2002 fue Invitado especial en la comparsa de Fanny Mickey “pisando fuerte por la paz” y fue reconocido como héroe anónimo en uno de los programas de Jorge Barón.

Su don de la paciencia y la creatividad ha sido tal que se atrevió a diseñar unos zapatos especiales para bovinos y a hacer juegos de mesa en forma de zapatos.

Aunque estos pasos le han dado sentido a su trabajo, también su interés en la política lo llevó a lanzarse como candidato a la alcaldía de Quetame, como candidato al Senado de la República en el año 2006, y al Concejo de Bogotá en el 2007.

Durante este año fue candidato a la Cámara de Bogotá, pues considera que es la forma de hacer valer los derechos de todos los zapateros en Colombia.

Aunque en su barrio le dicen "camaleón político" porque cambia fácilmente de color o de partido, Jaime no dejará de insistir hasta que sus esfuerzos lo hagan obtener una curul.

Jaime es el modelo oficial de su propia creación. Es un hombre carismático y humilde. En el transcurso de su profesión ha recibido a muchos visitantes, entre ellos a estudiantes universitarios que recurren a él para que les enseñe en la práctica la manera correcta de hacer zapatos diferentes.

El zapatero "Zoñador" tiene dos grandes ilusiones: una, vivir en un camión en forma de zapato junto a su actual esposa Blanca Lilia Ruiz y su sexta hija Jaiblan (nombre que nace de Jaime y Blanca) de 7 años para recorrer toda la ciudad, y otra, ser el diseñador oficial de un ¢edificio bota¢ para convertirlo en un centro cultural, en un museo para sus obras que por ahora permanecen archivadas en un parqueadero cualquiera de Bogotá.

De repente, en una esquina del barrio Restrepo, Jaime cuelga en la pared un collage de fotos que cuentan la historia de su vida y la de cada zapato hecho. El andén se convierte en una pasarela para su hija que modela unos zapatos de payaso de color dorado y blanco.

La gente cuando pasa se detiene a mirar los detalles de esa galería improvisada llena de momentos felices, de premios y compañía. Más de un transeúnte sigue su camino con una sonrisa.

Al lado de sus recuerdos, el zapatero tiene un muro donde escribe informaciones sobre vacantes que hay en el sector para auxiliares, ayudantes, aprendices y tiene un aviso con la bandera de Colombia con la misión de su asociación de obreros, empleados, fabricantes y comerciantes: trabajar, cobrar, gastar, ahorrar, disfrutar y progresar.

Por ahora, el Zapatero  "Zoñador" sigue viviendo de su pasión, dejando huella en la ciudad para defender lo que siempre ha creído: al trabajador se le paga por lo que hace, nunca se le paga por lo que sabe, porque no son los títulos sino sus obras las que hacen grandes a los hombres.

1 comentario:

  1. Necesito unos zapatos de papá Noel gracias 320 272 53 19 lucia de disfraces ababaca gracias

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