domingo, 22 de agosto de 2010

El niño soldado de Guantánamo

Ocho años después de ser capturado en un campo de batalla afgano, Omar Khadr, el más joven de los reos en la base estadounidense de Guantánamo, enfrenta un juicio ante la corte militar.

Khadr, descendiente de egipcios, fue capturado en el este de Afganistán por soldados estadounidenses en julio de 2002 cuando tenía 15 años, tras una larga batalla entre fuerzas especiales y milicianos de Al Qaeda. Hoy, con 23 años, enfrenta cinco cargos de crímenes de guerra, incluyendo el de asesinato por presuntamente lanzar una granada que dio muerte a un soldado norteamericano.

Sin embargo, su permanencia en la cárcel de Guantánamo ha despertado una fuerte polémica entre las organizaciones de derechos humanos, pues las consideraciones jurídicas de la bahía son distintas a las de Estados Unidos y señalan que el proceso al joven ha sido ilegal. Allí permanecen detenidos alrededor de 500 prisioneros considerados miembros de Al Qaeda y del régimen talibán sin gozar de un proceso judicial justo con acceso a abogados.

Al caso de Khadr se suma sus antecedentes familiares: su padre, Ahmed Said Khadr, de ideología islamista, al parecer tuvo vínculos con altos mandos de la red encabezada por Ossama bin Laden. En 1993 se mudó con su familia a Afganistán, desde donde se presume enviaba dinero a Al Qaeda y más tarde en el 2003, murió en Waziristán durante un ataque del ejército paquistaní.

El proceso contra Omar Khadr comenzó con una controversia luego de que el juez militar Patrick Parrish estimara que no eran aceptables todas las declaraciones que Khadr había hecho a sus interrogadores tras su detención, en la cárcel de Bagram, cerca de Kabul, y luego en Guantánamo. En declaraciones a la agencia AFP, el teniente coronel Jon Jackson, abogado designado por el pentágono declaró que, “el caso de Khadr es el primer juicio en la historia contra un niño soldado, él fue interrogado en la base aérea de Bagram en Afganistán mientras se recuperaba de graves heridas: dos disparos de ametralladora en la cara y en el ojo. También amenazaron con violarlo y le prometieron que volvería a Canadá si decía lo que querían escuchar”.

Por su parte, la representante especial del secretario general del foro mundial para conflictos armados, Radhika Coomaraswamy declaró a Hechos del Mundo que la Organización Para las Naciones Unidas (ONU), "pidió varias veces que ningún menor, obligado a ser niño soldado o porteador, sea considerado responsable de sus actos y de las órdenes dadas por sus comandantes".

El pasado martes, el fiscal encargado del caso, Jeff Groharing trató de presentar a Khadr en la audiencia como combatiente comprometido e informado de Al Qaeda argumentando que, "comparte la ideología de la organización yihadista y la utiliza para justificar sus actividades”, según información publicada por la agencia IPS.

La detención y el trato dado a Khadr basado en presiones y torturas en pleno proceso de recuperación son asuntos controvertidos. En el 2004, el joven fue considerado un combatiente enemigo. La Ley de Comisiones Militares, firmada por el entonces presidente de EEUU George W. Bush para el 2006 contemplaba que sólo los prisioneros clasificados como "combatientes enemigos ilegales" podían ser juzgados por tribunales militares en Guantánamo.

Con el gobierno de Barack Obama, los juzgados de excepción fueron reformados e invalidaron las declaraciones hechas bajo presión. Pero Khadr no contó con esas garantías y en el documental A usted no le gusta la verdad, basado en un video secreto, se revela la intensidad de un interrogatorio en Guantánamo que duró cuatro días en contra del menor, el cual enfrenta cargos de asesinato, espionaje y apoyo material al terrorismo.

Actualmente, el juicio fue aplazado 30 días como mínimo. Aún así, Jon Jackson, defiende la demanda interpuesta a la Corte Suprema de Estados Unidos argumentando que las comisiones para el caso de Khadr eran inconstitucionales porque ofrecían estándares de justicia inferiores a ciudadanos extranjeros, mientras los estadounidenses cuentan con la protección de un tribunal federal.

Amnistía Internacional, en un comunicado publicado el 12 de Agosto, afirma que las comisiones no cuentan con la independencia de las cortes federales estadounidenses ni con las garantías de juicio justo que los ciudadanos estadounidenses acusados de delitos o conductas idénticas recibirían, “Las comisiones militares niegan el derecho a la igualdad de todas las personas ante los tribunales y a la misma protección ante la ley”.

Luis Javier Orjuela, Ph.D. en Ciencia Política de la universidad internacional de la Florida, explicó a Hechos del Mundo que “Guantánamo ha sido una pieza fundamental en el programa secreto adoptado por Estados Unidos para la transferencia de detenidos en relación con la “guerra contra el terror”. Se ha recurrido a estas entregas para trasladar detenidos a Estados como Egipto, Jordania y Siria, donde la tortura es habitual, así como a la custodia estadounidense en Afganistán y en centros secretos conocidos como “lugares negros” dirigidos por la CIA”. Khadr, al igual que 16 menores más han sido considerados una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Sin embargo, no se debe dejar a un lado las raíces de las capturas, pues lo que se exige es un proceso más justo para desvincular, en definitiva, la dignidad de las venganzas entre naciones.

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